Convocatoria a integrar base de datos para recibir microcreditos para la producción de hábitat popular.
Los micro-créditos constituyen una herramienta fundamental para impulsar procesos de desarrollo genuino en comunidades vulnerables. La experiencia acumulada en estos 15 años de trabajo ha demostrado que si bien es posible lograr progreso sostenido de micro-empresas y que la aglomeración barrial de las mismas constituye un componente clave de éxito, también ha dejado en claro que condiciones sociales y territoriales tales como nivel de educación y características culturales de la población, así como disponibilidad de redes de energía y caminos, entre otras muchas cuestiones son insoslayables para realmente impulsar procesos de desarrollo local.
La revista "Postplán" publicó recientemente algunos estudios realizados por la organización dirigidos a evaluar sistemáticamente el impacto de distintas modalidades de micro-créditos en la sustentabilidad de proyectos diversos de desarrollo. Particular énfasis se puso en aquellos micro-créditos dirigidos a la producción de hábitat social en barrios vulnerables concebidos con un enfoque de apalancar sinergias vecinales de asociación y conformación de aglomeraciones o "clusters".
Microenergia
es constituida como una aasociación de profesionales y estudiantes de
distintas disciplinas de Argentina auto-convocados para trabajar en forma
voluntaria en proyectos de ayuda social a partir de un enfoque territorial. El
contexto de esta iniciativa explica en buena medida la naturaleza de la
organización: 2001 y la profunda crisis institucional vivida en la Argentina
que produjo la renuncia del Presidente de la Nación, reemplazado sucesivamente
por autoridades interinas. La convulsión social vivida por el país, al ritmo
del “¡que se vayan todos!” planteaba la necesidad imperiosa de un cambio
profundo de paradigma político, demandando nuevas reglas en lo económico,
político y en lo social. 15 años después
es imperioso reflexionar sobre qué paso en ese momento y los años que
sucedieron, y en qué medida puede sostenerse que los planes y proyectos
desarrollados desde entonces en el país y la región marcan un sendero que
conduce a situaciones de mayor bienestar para los sectores populares, y para la
sociedad en su conjunto. Microenergia como organización que esencialmente
persigue el cambio social expresado en términos de justicia espacial concibe el
cambio social a partir del apoyo a barrios populares para desarrollar proyectos
de micro-emprendimientos y microempresas con un enfoque integral de transformación
conducente a procesos genuinos de desarrollo urbano sustentable.
La experiencia internacional
en el campo del hábitat y la microempresa es profusa. Ya desde los años
ochenta, pero muy especialmente desde los noventa en adelante se viene planteando
a nivel internacional la importancia de pensar los proyectos de hábitat a
partir de su capacidad para inducir procesos de generación de empleos e
ingresos. Múltiples investigaciones, sobre todo realizadas por la Organización Internacional
del Trabajo (OIT) demostraron en proyectos en distintos países el potencial de
la micro-empresa funcionando en redes barriales para generar valor agregado en
cadenas de producción aportando ingresos que permiten sustentar la economía de
los barrios más pobres. El caso de los distritos pequeño y mediano industriales
de la región del Véneto, en Italia, han inspirado muchos proyectos que
intentaron replicar la experiencia en países del sur global. El caso de barrios
textiles en la India y cadenas fruti-hortícolas en distintos países
latinoamericanos, así como la organización de gremios en la industria de la
construcción en África, han probado evidencias de la capacidad del sector
microempresario para jugar un papel clave en las economías nacionales. Pero
problemas persistentes tales como la cuestión impositiva, que en la mayoría de
estos casos al introducirse en el sector informal, con el afán de formalizar la
actividad, tiende a hacerle perder competitividad, con el agravante de casos de
micro-emprendedores resultaban involucrados en programas de micro-créditos con
tasas de interés no subsidiadas incapaces de volver a pagar, resultando
endeudados y en algunos casos inclusive, perdiendo sus propiedades hipotecadas
como ocurrió en el conocido caso del “Banco Sol” en Bolivia. Distintas
organizaciones de Naciones Unidas buscaron dar impulso a la cuestión, inclusive
en el contexto de emergencia humanitaria, dirigido a refugiados y población
desplazada. Pero ya en el siglo XXI, el
tema, aunque presente, a partir de la experiencia internacional, comienza a ser
entendida en función de sus grandes limitaciones para realmente impulsar
procesos sustentables de desarrollo.
Microenergia esta trabajando en una confección de base de datos de clientes de micro-créditos, a los cuales solicita enviar sus datos a
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